Comencé estos talleres en 2012 cuando regresé de Alemania. Tenía la necesidad de transmitir lo que había aprendido a mis amigos y allegados, aquellos que siempre me alientan y apoyan, dar a conocer el tesoro que había descubierto y en el que estaba inmersa. Quería disfrutar con ellos, compartir mi vida, explicar a qué dedicaba mi tiempo, por qué podía pasar horas estudiando una obra que ya había interpretado en muchos conciertos, en qué consistía esto de ser músico, y sobre todo, abrirles las puertas a toda esa música maravillosa que nos han dejado siglos de artistas, ese tesoro. Pero a veces era difícil, porque se necesita una experiencia con la música para poder compartirla a un nivel profundo.
Decidí empezar con unas clases semanales de apreciación musical. Escuchábamos música juntos, descubríamos compositores, obras, intérpretes y algo de lenguaje musical. Fue un año muy bonito, y siempre les agradeceré a Fernando, Ana, Facu, Edu y Aline que me acompañaran en esta aventura. La escucha colectiva es y siempre será muy inspiradora.
Debussy dijo que la música es un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye: el instrumento, el instrumentista, el creador y su obra, un medio propagador y un sistema receptor.
Esto para mí, entre otras muchas cosas, significa que la música no existe sin el oyente. Somos todos necesarios para la existencia de la música, y ella varía en cada uno de nosotros. Este legado se convierte así en un tesoro y un deber.
Poco a poco, y a demanda, fui creando talleres sobre obras concretas como el de las Suites para violoncello solo de J. S. Bach (uno de los talleres estrella, ya que toco mucho en directo) o el de la Pasión según San Mateo, y otros más abiertos sobre formas musicales o introducción al lenguaje musical. Estos talleres siempre se llenan, ya sea en un formato intensivo de fin de semana o en uno semanal. Esta experiencia me ha permitido darme cuenta de que vivimos en una sociedad en la que hay mucha gente con necesidad y curiosidad de descubrir, de alimentarse de buena música, de entender, de saber. de compartir, de ampliar horizontes sonoros. Brindo por esto, y por la ilusión de construir esa sociedad culta de la que siempre hablamos.
¿Qué es la música? ¿Qué significa para cada uno de nosotros? ¿Cómo nos acompaña en nuestras vidas? ¿Cuál es la labor del compositor? ¿Cómo cambia una obra de un intérprete a otro? ¿Qué es un Re menor? ¿Qué escuchamos?
Estoy deseando plantear, discutir y compartir estas cuestiones con vosotros.